Tras el descenso a Preferente en
2004, vendría una crisis institucional, económica y deportiva
por las deudas contraídas por la gestión de Ángel
Cabo, que dio la espantada. A falta de cinco minutos para el cierre de
inscripciones de los equipos, nadie había “dado de
alta” al Lenense. La rápida
reacción de Tomás Fernández evitó la
desaparición de un club que tenía un agujero de casi 40.000
€ y una valiente junta gestora formada por ex jugadores y
aficionados tomó el mando.
La economía “de
guerra” terminó llevar al Lenense por
motivos deportivos, y por primera vez desde su fundación, a la
última categoría del fútbol asturiano, la
Segunda Regional tras un dramático partido en el campo
de la Fundación Masaveu (06/07),
pero al menos seguía vivo.
En la temporada 07/08 el Lenense terminó 3º en el grupo 4 y
se clasificó para la fase de ascenso en la que fue apeado en la
primera eliminatoria por el filial del Real Oviedo, el Vetusta.
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